11/Mayo/2010
¿Qué ironías de la vida, no crees?
Qué ironía es que al ser que más has amado, sea ahora tu enemigo. Sí, tu enemigo, el mismo odio.
Ese odio que se transmite con sólo sentir la brisa de su olor, con solo actualizar el recuerdo.
Qué ironía es que ese ser no estará más a tu lado en algún futuro y que a la vez estará contigo
por toda la eternidad.
El pasado es ya una ilusión, el presente es una agonía constante y el futuro no existe entre tu y yo.
Sin embargo, qué ironía es que este odio me sirva tanto para ver con claridad que no eras la
persona ideal para mí, simplemente fuiste un error que agradezco tanto haber cometido.
Qué ironía sentir todo lo opuesto de lo que sentía antes y que ese supuesto amor tan inmenso
haya desaparecido y automáticamente lo hayas trasladado a otra persona.
Qué ironía que eras mi perfección, mi mayor fuente de inspiración; y todavía sigo firme en cuanto
a ésta, pero ahora solo está llena de perdición. Porque en el pasado siempre fue así, en el presente
lo sigues reiterando y en el futuro que no podré ver, estoy segura que no me decepcionarás y
seguirás siendo mi más grande decepción, el Rey de esta inspiración tan negativa.
¿Qué ironía no?
